34°. Cerca

Ayer tuve un encare vía DM de Twitter, y como andaba de capa caída y con ganas de levantar el ánimo, le di para adelante al juego. Resumiendo: me pasó lo que suele pasarme cuando hay algún tipo de encuentro cercano vía pantallas: de cercano no tiene nada. Siempre hay una distancia insalvable y no me refiero a la más obvia y física. Sino a las proyecciones. Lo que uno lee, así pelado sin entonación ni nada (tal vez solo ayudado por emojis) es lo que uno quiere leer, o puede leer de acuerdo a su historia. Uno se va armando una idea del otro, suma su foto más sus palabras y a eso le agrega lo que uno le quiere poner. Y ahí vienen las complicaciones. Porque el otro siempre es el otro y tarde o temprano se impone con toda su realidad.
Hace tiempo tuve un par de experiencias que comenzaron vía TW, siguieron vía Skype y culminaron en la vida real. Una de ellas fue de lo más ejemplificadora porque mientras se mantuvo en el plano virtual, fue de una pasión encendida que prendía fuego la pantalla. El encuentro personal bordeó la hecatombe.
Lo real implica piel, olor, sudor, dientes, sonidos, gemidos. Y lo que uno le proyectó al otro en el plano virtual, puede tranquilamente estrellarse espantosamente en la realidad.
Consejo: acorten el tiempo de los encuentros vía redes. Conozcan al otro rápido, para que la persona que uno se armó en su fantasía y la persona que el otro es, estén lo más cerquita posible. 

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